NUEVA ESTETICA

21 octubre 2021

 

Estética oncológica: compromiso con la belleza

Virginia López

Experta y formadora en estética oncológica – Asociación Ámate

 

Un año más, coincidiendo con el 19 de octubre, día Internacional del cáncer de mama, desde Nueva Estética hemos querido dedicar una parte de esta edición tan especial a una de las especialidades más solidarias de esta fantástica profesión que es la nuestra y que todos compartimos: la estética oncológica.

 

Desde nuestras páginas no solo tenemos el compromiso de informar sino también de divulgar, enseñar y difundir las últimas investigaciones y avances que se están llevando a cabo en este campo de la belleza, así como dar a conocer las técnicas más innovadoras que permiten obtener resultados cada vez más satisfactorios.

 

Con este cometido, hoy más que nunca, todas las disciplinas deben unirse en pro de un objetivo común: ofrecer a la paciente la posibilidad de recuperar su autoestima, para volver a sentirse guapa, tenga la edad que tenga.

 

En este completo especial te descubrimos la gran labor que están realizando expertos en cuidados de la belleza, técnicas de masaje, medicina y cirugía estética, micropigmentación, etc. Todos ellos han hecho posible que sepas un poquito más de esta versión tan gratificante del sector.

 

La labor de la estética oncológica

La experta especializada en estética oncológica debe trabajar contando con el apoyo de un equipo multidisciplinar de manera que los profesionales de todos los campos deben colaborar estrechamente, siguiendo una pauta deontológica.

 

En el momento en que un paciente recibe la noticia de la enfermedad se abre una etapa de dudas y cambios respecto a cómo se debe enfrentar a ella. Además, no todos los pacientes con cáncer cuentan con la información suficiente, ni se les explican los cambios físicos que van a experimentar y lo que pueden hacer para solucionarlos. No hay que olvidar que 4esta enfermedad tiene un fuerte impacto psicológico y, normalmente, la autoestima se ve afectada, repercutiendo negativamente en su vida social, familiar y también en el propio tratamiento. Los efectos secundarios más visibles conllevan importantes cambios físicos, por lo que la imagen personal influye ayudando a afrontar y superar diferentes situaciones difíciles.

 

No hay que olvidar que los tratamientos médicos oncológicos suelen ser bastante agresivos, llegando a provocar efectos secundarios como la alopecia, pérdida parcial o total de cejas y pestañas, así como gran variedad de afecciones cutáneas causadas por la radiación, fotosensibilidad derivada de la quimioterapia… Todos estos cambios pueden desencadenar un fuerte impacto psicológico en el paciente. La estética oncológica cubre las necesidades estéticas de los mismos, reforzando su autoestima, aportando una impresión de normalidad que repercute beneficiosamente en la salud psicológica, e incidiendo positivamente en la recuperación de la enfermedad. Por todo esto, devolverle un aspecto físico saludable a la persona se convierte en un primer paso para su recuperación interna. La estética oncológica cuida todos estos temas que preocupan en la imagen de los enfermos de cáncer: el cabello, las cejas, maquillaje, hábitos en la higiene y cuidado de la piel, tratamientos pre y post-cirugía estética…

 

Una vez diagnosticada la enfermedad por el medico especialista, lo ideal es que podamos llevar a cabo, lo antes posible, una serie de protocolos de atención al paciente, con el objetivo de ser eficaces desde la prevención y protección de la piel. Pero la realidad de la experiencia nos ha demostrado que casi siempre, por no decir en la mayoría de los casos, nos encontramos con una persona afectada (durante y hasta el final del proceso de la enfermedad). Cuando una persona acude a nosotros por primera vez es importante no informar más allá de lo que le sucede personalmente para no crear temores. Le ofreceremos información sobre lo que debe hacer para llevar unos hábitos de higiene y salud de la piel y del cuero cabelludo, asesorándole sobre los diferentes cuidados personales, así como los productos cosméticos adecuados para ese momento.

 

Tras el proceso oncológico, comienza una etapa nueva de retomar hábitos y volver, en lo posible, a la normalidad. También lo es para la piel, así que la estética oncológica juega un papel determinante en la recuperación de los tejidos y el fortalecimiento del cabello, tras el tratamiento. Los cosméticos que se habían quedado esperando a que la persona finalizara su tratamiento médico podrán volverse a utilizar tras un tiempo de seguridad de unos 6 meses. Esto será si son recomendables, porque, en ocasiones conviene utilizar otros en su lugar. Hay que tener en cuenta que la piel se va a volver algo mas sensible o sensibilizada por consecuencia de los diferentes efectos secundarios que aportan las quimios y la radioterapia, con lo que conviene empezar cuanto antes con los tratamientos estéticos de recuperación de la piel. Por lo tanto, una vez finalizado el proceso oncológico, centraremos en supervisar los hábitos de higiene y cuidados diarios de la persona y le ofreceremos un programa de tratamientos orientados su tipo de necesidad. Se recomienda especialmente llevar a cabo programas hidro-nutritivos, elastizantes y emolientes, détox o desintoxicantes y descongestivos, calmantes y refrescantes de la piel quemada, de recuperación y regeneración del tejido reseco y/o con xerosis, para corregir hiperpigmentaciones o manchas, así como otros tratamientos específicos.

 

Hablemos de cáncer

El cáncer es el crecimiento anormal de células malignas en un tejido. El cuerpo se compone de diferentes tipos de células que crecen, se dividen, se reproducen y mueren para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Este proceso se puede desordenar y las células y las células continúan dividiéndose cuando ya no lo necesitan. La masa que se forma se denomina tumoración, y puede ser benigna o maligna. Los tumores benignos no son cancerosos ni se extienden a otras partes del cuerpo. Por el contrario, las células del tumor maligno son anormales y se dividen con descontrol, pudiendo invadir y destruir tejidos periféricos, o separándose del tumor hacia otras partes del cuerpo, lo que se conoce metástasis.

 

Y con respecto al cáncer de mama. Este tipo de cáncer puede darse en hombres, aunque mayoritariamente lo padecen las mujeres. El cáncer de mama es el crecimiento anormal de células malignas en el tejido mamario. La mayor parte de las neoplasias de mama se desarrollan en el tejido que recubre los ductos y lobulillos de la glándula mamaria, lo que se denomina adenocarcinoma. En las mamas pueden aparecer calcificaciones, masas o quistes. Estos pueden ser de origen benigno o maligno. Igual que sucede con la mayoría de los tumores sólidos, la posibilidad de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad. Esto sucede con el proceso de envejecimiento de los órganos que van acumulando alteraciones genéticas en las células, incrementando el riego de desarrollar neoplasias.

 

Tratamientos oncológicos, cómo afectan a la piel

Los tratamientos oncológicos tienen una repercusión directa en las distintas funciones cutáneas. Veamos, a continuación, cuales son los cambios mas sustanciales que sufre la piel:

 

Se altera la termorregulación, mediante mecanismos de vasodilatación y vasoconstricción que regulan la temperatura de la piel. Además, se produce una menopausia adelantada, con lo que el exceso de calor repentino, propio de la misma, hacen menos llevaderos los cambios de temperatura inesperados. También se observan cambios en la Función Protectora. La función protectora hace de barrera, salvaguardando los órganos internos de traumatismos mecánicos, gracias a los estratos profundos, dermis e hipodermis; a los agentes físicos, mediante la pigmentación y absorción de radiaciones ultravioletas; y químicos, evitando la perdida de agua y electrólitos desde el interior.

 

Después de los tratamientos oncológicos, la piel se ve desprotegida, reaccionando de forma muy similar a la de un bebé, con lo que la protección sola infrarroja es prácticamente necesaria por día. También sufren alteraciones los receptores sensoriales libres, que trasmiten sensaciones como el tacto, la presión, el dolor, la temperatura o el prurito, y que los transmiten al Sistema Nervioso Central a través de los cordones modulares dorsales, con lo que la función sensitiva se altera, quedando expuesta a una hipersensibilidad ante cosas tan simples como el roce de una sábana.  En cuanto a la función excretora, en la que están implicadas las glándulas ecrinas, podemos decir que se desregula el equilibrio de hidratación, tanto interna como externa del organismo, de manera que no van a responder de la misma manera que no van a responder de la misma manera las glándulas sudoríparas, apocrinas, como de las glándulas mamarias y holocrinas, fundamentalmente la de las glándulas sebáceas y el estrato epidérmico. Esto hace incomodo el día a día del paciente, que necesitara cuidar su higiene especialmente. Además, la perdida de agua diaria a través de la superficie cutánea y elementos como el azufre o las proteínas, que forman parte de la composición del epitelio, hacen que se pierda el grado de hidratación habitual, lo que origina todas estas patologías que tienen que ver con la sequedad, picazón, etc.

 

Que cambios experimentan a nivel cutáneo estas pacientes

Los tratamientos para el cáncer originan diferentes efectos secundarios, destacando la pérdida del pelo en casi la totalidad de la superficie cutánea. Pero la piel también se ve afectada, además de la perdida o debilitamiento de cejas y pestañas, la deshidratación extrema, la hiperpigmentación, la alta sensibilidad, sobre todo, a la radiación, son aspectos que van manifestándose a medida que pasa el fármaco administrado por el organismo. Algunas afecciones cutáneas pueden mejorar con el tiempo, mientras que otras posiblemente no llegan a desaparecer.

 

Lo mas destacado es la menopausia adelantada por consecuencia del tratamiento de quimioterapia. Se acelera químicamente este proceso para evitar que la estimulación hormonal juegue una mala pasada en el organismo, pudiéndose activar también las células tumorales, especialmente en los tumores de esta índole.

 

Como efecto secundario de la quimioterapia, de la terapia dirigida o de la radioterapia, puede aparecer un sarpullido que tiene la apariencia de acné o de sarampión, así como sequedad extrema o ictiosis, que puede afectar a cualquier zona del cuerpo.

 

Para la piel seca, el profesional de la estética oncológica puede recomendar al paciente que utilice una crema especifica neutra dos veces al día y en un plazo de 15 min. Después del baño, también debe evitar productos irritantes, como jabones y detergentes. Cuando se tiene picazón, se aconsejará al paciente no utilizar productos perfumados. También es recomendable evitar utensilios de higiene que pueden raspar o agredir la piel como esponjas de fibras vegetales y exfoliantes de baño. Así mismo es preferible optar por duchas templadas, pues el agua caliente puede secar aun ms el epitelio.

 

Cuidados faciales imprescindibles durante esta etapa

Antes de la quimioterapia: Antes de comenzar con el tratamiento médico, e incluso antes de ser intervenido quirúrgicamente, se recomienda a la persona tomar una serie de medidas para prevenir la deshidratación que probablemente va a padecer su piel tras tratamiento. Ésta perderá humedad y puede agrietarse, exfoliarse, irritarse o inflamarse. Es aconsejable realizar una buena higiene de cutis previa al proceso, pues una vez comenzado el tratamiento de quimioterapia, la piel reaccionará al medicamento. Una buena recomendación es la realización de un tratamiento de oxigenación celular. En cualquier caso, sin realizar masaje, y evitando contrastes de temperatura. Por lo general, durante esta etapa, es preferible realizar tratamientos de higiene profunda, oxigenación, hidratación, nutrición y programas remineralizantes-energizantes.

 

Durante la quimioterapia: La dermis puede llegar a sensibilizarse en profundidad por consecuencia del tratamiento, por lo que la piel puede presentar escozor, picor, tirantez, sequedad, convertirse en pruriginosa, y empezar a descamarse. El profesional de la estética oncológica no debe realizar ningún tipo de tratamiento de higiene, menos aun limpiezas de cutis profundas. Tampoco aplicara cosméticos que contengan activos que aceleren la regeneración tisular o debiliten la superficie de la piel. Y, por ende, no se recomienda el uso de “peelings” de ningún tipo, ni mascarillas exfoliantes o activos abrasivos en su composición. Tampoco es conveniente el uso de aparatos de aplicación estética o medico estética, menos aún en pleno tratamiento médico. Durante el proceso oncológico los tratamientos más indicados son: masajes de reflexología y digitopuntura, programas de desintoxicación-purificación, hidratantes intensivos y regenerantes.

 

¡Siempre! Protección solar total

La mejor manera de evitar que la piel más sensible se queme es cubrirla con prendas, un sombrero, y/o utilizar un fotoprotector de amplio espectro, es decir, bloqueador de los rayos UVA o UVB, con factor de protección solar SPF 50 (a ser posible 50 plus o 50+). Se recomienda que el paciente utilice una protección sin color frente a largas exposiciones solares, con el fin de evitar posibles hipercromías o manchas.

 

Cosmética: lo que sí y lo que no

Entre los diferentes cosméticos de origen natural existen numerosos activos que favorecen la recuperación de la piel, pero hay otros ingredientes que pueden ser peligrosos. Por ello es importante aprender a leer a la perfección las etiquetas. Como la profesional bien sabe, las sustancias presentes en los cosméticos no se quedan en la capa más superficial de la piel, sino que se absorben y pasan a la sangre, llegando a dañar el organismo, en el que caso de este fuera perjudicial. Por ello, lo ideal es utilizar cosméticos ecológicos. Para que un cosmético pueda considerarse “natural” ha de estar compuesto en mas del 90% por materias primas naturales de origen no animal y carecer de sustancias irritantes, toxicas o peligrosas. Además, las sustancias que se usan en su fabricación tienen origen vegetal, por lo que en muchos casos fortalecen y mejoran también las funciones dérmicas. Estos cosméticos están libres de las siguientes sustancias: derivados del petróleo y aceites minerales (petrolatum, vaselina, parafinas, etc.), parabenos, polietilenglicol, disruptores hormonales o endocrinos como los ftalatos, colorantes, conservantes y perfumes artificiales, Sodium Lauryl Sulfate (detergente muy irritante), así como liberadores de formaldehído.

 

Sustancias a evitar

Vamos a analizar más de cerca los ingredientes no recomendados que algunos cosméticos convencionales pueden incorporar:

 

· Ftalatos, disolventes y suavizantes. Se encuentran en las etiquetas bajo siglas DEHP,DBP,BBP4, DINP,DIDP y DNOP, Diethyl Phathalate, Dimethyls Phathalate.

 

· Parabenes: bactericidas y fungicidas. Discruptores hormonales: En las etiquetas se pueden encontrar Methylparaben. Ethylparaben, Butyparaben, Propylparaben.

 

· Emulsionantes. Son sustancias que suelen aparecer con las siglas PEG seguidas de un número que indica su peso molecular pero también se las reconoce por las letras elth al final como es el caso de steareth, ceteareth. También PPG. Polyehtylene, Hidroxyporpyl.

 

· Agentes detergentes. Sodium laureth sulfate y Sodium lauryl sulfate, son detergentes muy irritantes. Hay que revisar las etiquetas y evitar: Sodium Laureth Sulfate, Sodium Lauryl Sulfate, Ammoniun Lauryl Sulfate, Disodium Laureth Sulfosuccinate, Sodium Myreth Sulfate.

 

· Dietanolaminas. La DEA es un químico extremadamente peligroso, una base detergente y espesante que figura en la etiqueta de mas de 600 productos cosméticos y para el hogar.

 

· Triclosan y octifeol. Son potentes antibacterianos que se acumulan en los tejidos y actúan como disruptores hormonales.

 

· Filtros solares. Loa filtros UV de origen químico provocan muchas alergias y se acumulan en el organismo. Algunos de ellos son disruptores hormonales. Evitar Benzophenone. Camphor Benzalkonium Methosulfate, Octocylene, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Triazone y Drometrizole Trisiloxane.

 

· Colorantes. Especialmente los derivados de la hulla, procedentes del petróleo. Sus denominaciones oncluyen las silabas anilin o anilid (por ejemplo, el acetanilido por otras formulas mas sencillas como HC (HC Orange 3), Acid (Acid red 73, 33) o Pigment (Pigment Green 7), y sobre todo con las siglas CI 12700, CI 17200, CI 14700.

 

· Fragancias artificiales. Entre otras muchas, se esconden en denominaciones como acetil hexametil, que incide sobre el sistema nervioso, o bromocinnamal, que resulta irritante para la piel. Una de las mas utilizadas es tonalide. Y en general Parfum, termino bajo el cual se incluyen mas de 3000 sustancias diferentes.

 

· Mercurio. Metal pesado de elevada toxicidad a pesar de lo cual la industria cosmética se la permite utilizarlo como conservante en productos de maquillaje y desmaquillaje de los ojos, siempre que su concentración máxima sea del 0,007%. En la etiqueta se puede encontrar bajo la nomenclatura tiosalicilato de etilmercurio.

 

· Aluminio. Fuente de contaminación que se debe tener muy en cuenta. Un ejemplo de la utilización cosmética del aluminio es su presencia en forma de clorhidrato de aluminio en desodorantes antitranspirantes, provocando una reducción o inhibición del sudor y evitando la eliminación de toxinas a través de las axilas, lo que fuerza al cuerpo depositarlas en las glándulas linfáticas que se encuentran bajo los brazos. Este mecanismo de acumulación de toxinas esta relacionado con los tumores cancerígenos de mama, ya que se encuentran, precisamente, donde están las glándulas. Hay que revisar las etiquetas y evitar Aluminum Chlorohydrex PG, Aluminum Fluoride.

 

· EDTA. Aditivo que encontramos en multitud de cosméticos. Se acumula en el organismo, uniéndose a metales pesados difíciles de degradar. Hay que revisar las etiquetas y evitar EDTA y todos los que contengan esta abreviación.

 

· Antioxidantes sintéticos. El Util-hidroxi-tolueno o BHT se utiliza en cosmética y también puede aparecer como E-321.

 

· Talco. Sustancia similar al asbesto o amianto, que forma parte de numerosos cosméticos, como los maquillajes.

 

Sustancias recomendadas

Entre los activos aconsejados destacan el aceite de argán, rosa mosqueta, aloe vera, aceite de almendras dulces o té verde. Este último es el ingrediente que se sitúa en el primer puesto entre los componentes aconsejados para tratar la piel en proceso oncológico, gracias a su efecto calmante y sus beneficios anticancerígenos. Respecto a los excipientes o vehiculizantes naturales se recomiendan la vaselina natural y el aceite de almendras dulces.